La guardería…Una etapa que no debe faltar en la formación de tu hijo

Crianza, tarea y proyecto de vida que nos lleva a un sinfín de miedos y preocupaciones mientras se desarrolla la maternidad y paternidad; el tema de GUARDERIA, juega un papel y decisión; que en ocasiones, nos genera angustia, preocupación, desconfianza, inseguridad y agobio. Es por ello , que nos es importante aclarar los posibles tabús que rodea a las guarderías ya que las instituciones y la formación de “nannys” permite un desarrollo a nivel familiar, individual y lo mejor beneficia a nuestros hijos, ya que la ETAPA permite la inserción y NACIMIENTO SOCIAL DE NUESTROS PEQUES. La guardería se concibe como un espacio educativo – asistencial destinado a propiciar y favorecer el desarrollo físico, cognitivo, afectivo y social de los niños y las niñas mediante una alimentación, educación y control médico adecuado, dentro de un ambiente de respeto a sus derechos, de cordialidad, calidad y calidez en el trato. Al igual, propicia y apoya una participación activa de padres de familia en el proyecto de desarrollo de los menores atendidos. La asistencia a la guardería podría favorecer las habilidades sociales, el desarrollo conductual y lingüístico , mejorar la adaptación a situaciones nuevas y a normas de comportamiento, permitir la detección precoz de alteraciones (al comparar con otros niños), y aumentar la autonomía e independencia respecto a los padres. Un bebé puede desarrollarse adecuadamente en un entorno estable que le proporcione seguridad. Sentirse seguro es lo que le anima a explorar y un bebé que se atreve a explorar puede madurar adecuadamente. Al igual favorece de forma progresiva la autonomía del niño, evitando sobreprotección y supervisando para evitar situaciones de riesgo. Si en la guardería se estimula la independencia y buenos hábitos a la hora de comer, vestirse, lavarse las manos y los dientes, dormir, controlar secreciones, por mencionar algunos, los padres deben aprovechar para continuar y afianzar este comportamiento en casa.La incorporación progresiva a la guardería puede ayudar a prevenir el rechazo que puede ocasionar debido a la ansiedad de separación de los padres, que suele aparecer alrededor del año y es frecuente hasta los tres años. Es una etapa del desarrollo, suele ser transitoria y se supera gradualmente a medida que el niño conoce el nuevo entorno. Uno de los mayores miedos de los padres y de lo que más se les acusa es de mimar y sobreproteger a los niños. Atender las necesidades de hambre, sueño y sobretodo cariño “no es sobreprotegerlo, ¡es protegerlo de lo que vendrá!”. Un niño criado con cariño y con seguridad “gozará de estabilidad emocional, autoestima y coherencia: estará bien preparado para los reveses que vendrán”. Los padres deben conocer todos los datos descritos previamente sobre la influencia de la guardería en la salud física, psíquica y emocional de los niños, para poder decidir, siendo el pediatra el que puede proporcionar información basada en la evidencia disponible. Es básico que tenga un proyecto educativo de calidad y unas normas e instalaciones que puedan minimizar el riesgo de infección y accidentes. Se debe aconsejar a los padres: visitar la guardería (pública o privada), conocer el proyecto educativo, la filosofía, horarios, política de visitas, sistemas de comunicación, instalaciones, cuartos de baño, normas de higiene, personal encargado del cuidado, su formación y titulación, experiencia, trato de niños por cuidador, aulas existentes y nuevas tecnologías.